29 mayo 2015

Sequías, trasvases y normalidad



En el maremágnum electoral que nos ha ocupado durante las últimas semanas, han pasado totalmente desapercibidas dos cuestiones que, si embargo, han tenido y tienen una importancia capital desde el punto de vista de la vertebración territorial de este país (antes llamado España).

La primera de las cuestiones es que ha sido necesario declarar el estado de sequía en dos de las demarcaciones hidrográficas en las que estamos organizados (concretamente las del Júcar y Segura).
Esta declaración se realiza para investir de poderes excepcionales a los órganos de gobierno de ambas instituciones, para que puedan adoptar decisiones que permitan gestionar con más eficacia esas situaciones de escasez de recurso hídrico que son tan frecuentes en esas cuencas mediterráneas.

La segunda cuestión que se ha producido a primeros del mes de mayo, ha sido la aprobación de un transvase de 20 hm3 desde la cuenca del Tajo a la del Segura, usando para ello unas infraestructuras construidas en su día, que probablemente hoy serían de imposible implantación.

Podría aducirse que es una demostración de madurez democrática y ciudadana, el que ambas decisiones, basadas en situaciones objetivamente observadas y de acuerdo con parámetros fijados en los mecanismos legales establecidos al efecto, hayan sido acogidas por la opinión pública (y lo que no sé si es más importante, pero sí más ruidoso, por la publicada) con una total indiferencia.

¿Se imagina alguien qué habría sucedido si estas mismas circunstancias se hubieran producido hace ahora once años o en alguno de los períodos álgidos de las discusiones sobre la bondad o maldad de las transferencias hídricas (ni siquiera era posible llamarlas por su nombre)?.

¿Qué ha cambiado en la climatología, en la organización política, en la infraestructura o en el entorno natural para que estas decisiones, en algún momento tan polémicas, discutidas o incluso combatidas no hayan sido objeto de discusión ahora (y en el transcurso de una campaña electoral, nada menos)?.

Yo me barrunto que en el fondo la situación actual es la normal y la que corresponde a la actuación sensata, lógica y adoptada con criterios meramente  técnicos (y por tanto poco mediáticos) y que lo contrario obedece a unos intereses concretos de obtener notoriedad, de generar una cierta agitación social que sirva como caldo de cultivo de unas ambiciones personales o de unos intereses económicos o políticos.

Podría aducirse que este devenir tranquilo es una indicación de que las cosas en el agua marchan bien o al menos de acuerdo con lo previsible. Pero si esto es así (y desde luego la presencia de sequías en el Levante español y el uso de agua de la zona central del país para paliarla no deberían considerarse en modo alguno excepcionales) propongo que la próxima vez que se dispare desde alguna de las trincheras que algunos se apresuran a construir cuando intuyen que ello ayuda a esos intereses muchas veces bastardos, nos apresuremos a recordar el calificativo de normal para designar lo que parece que a nivel de calle ha quedado demostrado ahora que es normal.

1 comentario:

  1. Lo siento Paco pero no estoy de acuerdo contigo. El trasvase Tajo-Segura es un disparate y además es ilegal. La ley del Plan Hidrológico Nacional vigente establece que solo pueden ser trasvasados recursos excedentariosy y la cuenca del Tajo es deficitaria. El Plan Hidrlogico vigente y el nuevo en exposición pública reconocen cuatro sistemas de explotación deficitarios: Henares,Alberche,Tietar y Arrago. Las consecuencias son una falta de caudal en el tramo medio Aranjuez - Toledo-Talavera que produce en el río un estado ecológico lamentable y una calidad del agua deplorables. Aunque casi siempre coincido con tus opiniones esta vez discrepo pero sin acritud pues tu opinión es de alto valor.

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