07 enero 2015

9. Los nombres de La Serena


Con motivo de la conmemoración de los 25 años de la puesta en explotación de la Presa de la Serena, también me gustaría aportar una de esas 25 miradas y ya que se ha hablado sobre la geología de La Serena, experiencias profesionales alrededor de la construcción de la presa, anécdotas sobre la inauguración, etc..., no menos importante, bajo mi humilde punto de vista, es conocer la toponimia de esta comarca que da nombre a esta gran obra de la ingeniería.




Aunque nací en el año 1988, he crecido junto a éste embalse y al del Zújar, y por ello quería aportar mi granito de arena, o mejor dicho, mi gotita de agua a las 25 miradas sobre La Serena, ya que he pasado mi primer cuarto de siglo rodeada de agua, naturaleza y grandes infraestructuras. 

Y por ello a continuación, os cito textualmente algunas de las páginas del libro “LOS NOMBRES DE LA SERENA” de Antonio Mª Castaño Fernández. Este ejemplar me lo ha prestado mi padre, Manuel Eugenio Ruiz Caballero, del que me viene ésta pasión por mi tierra, por la ingeniería y por la historia.

"La Serena: El Paisaje.

Serena: penillanura de altura entre 400 y 500 metros, cruzada por numerosas sierras que pasan de los 800 metros. Es una llanura de erosión formada por la colmatación de un lago del Plioceno al que Hernández Pacheco llamó “lago sereniano”.


Los suelos son de poca potencia, no alcanzan en su mayoría los 60 cm y de éstos muchos tienen la roca madre a 30 cm o menos de profundidad. La pizarra aflora en múltiples lugares formando los característicos “dientes de perro”. 

La red hidrográfica, engloba principalmente, además del Guadiana, los ríos Zújar, Guadamez y Ortiga. El clima es seco y las lluvias escasas.

Toponimia mayor

Hay diversas hipótesis para explicar el origen de Serena.

Legendaria: El nombre vendría de “sirena”, por una que existía en la confluencia de los ríos Guadiana y Zújar o bien que fuera una “cautiva” de algún “xeque” musulmán que habitaría en las inmediaciones del Castillo de la Encomienda (fortaleza de Castelnovo).

Antroponímica: Tendría su origen el nombre en el de una mujer romana cuya familia habría sido la dueña de la comarca. Según Vicente Barrantes, quien al contar la visita que hizo al archivo de Villanueva en busca de información histórica, afirma que “fue toda la llamada tierra de la Serena latifundio de la poderosa familia romana que erigió en los baños de Alange el templo de Juno, con lo que se adscribe a esta hipótesis antroponímica, ya que fue en esa población donde se halló la inscripción “pro salute filiae suae Serenae dedicaverunt”. Casco Arias desecha esta hipótesis  “porque Alange no pertenece a la Serena” y cita dos inscripciones más, una cerca de La Coronada, en una sepultura  “que se refiere a un personaje que se llamó Serenus, no teniendo una explicación clara el que su nombre se trocara en femenino”, y la que afirma ser más interesante: “la que da nombre a la Serena es la encontrada en Quintana; en la antigua calle de la Bota, en el poste de piedra de granito de una casa, hoy desaparecido, había una inscripción en la que se leía <<Publio Ainiano hizo este entierro a Fabia Serena en el año 665 (de la fundación de Roma)>>;  dicha dama habitó y murió en Quintana; en el año 74 a. de J.C., y durante su vida fue un personaje notable que dio origen a llamar a esta comarca, la Serena”.

Toponímica: Paredes y Guillén deriva  Siruela de Seria, como diminutivo, y de ahí deduce que Seria debía de estar en La Serena, que sería el nombre de la comarca de Seria, es decir de la hipotética Seriana, de donde vendría Serena.

Apelativo como origen: La Serena puede referirse a una característica de este terreno, es decir, a una tierra “serena”. Ahora bien, ¿a qué alude este término? Dos significados parecen posibles: “tierra sin árboles” y “tierra cultivable”.

Francisco Barrantes Maldonado afirma que el Partido toma su nombre del de la dehesa que ocupa su centro “El partido de la Serena, que es en esta Extremadura de la Insigne Orden y Caballería de Alcántara, tiene onze villas, y ocho aldeas, toma nombre de una dehesa que está en medio dél” y, un poco más adelante, “En la mitad desta Extremadura está el pueblo de la Serena dicho así de una grande dehesa de la Orden de Alcántara en que no hay monte, mata, ni árbol alguno, sino todo raso y sereno, como dize el vulgo”. Sería pues, el origen del topónimo el adjetivo “serena” referido a una tierra llana, sin arbolado ni monte bajo, es decir, a una llanura de pastos. Es lo que significa el adjetivo “calmo” referido al suelo, una “tierra calma”, expresión tan repetida en los documentos notariales, se dice, según el diccionario exclusivamente a terrenos de pasto, a la zona más característica de la comarca, no a las vegas o a los montes. Se dice comúnmente “eso es serena”, como podría decirse “eso no es vega” o “aquello ya es sierra”.   

En el Diccionario de voces españolas geográficas, publicado por la Real Academia de la Historia poco después de 1796, se recoge “SERNA s.f. Es la tierra que se ha hecho labrantía, y antes estaba de monte baxo, como la Serna de Medina del Campo. Esta voz da denominación a muchos terrenos, y a algunos pueblos. Puede venir de aquí la denominación del partido de la Serena, poblado por la Orden Militar de Alcántara”. Esta es la explicación que recoge García de Diego “se cree del celta ‘sen-ara’, cast.serna, ‘tierra de sembradura’, cambiando en senera y por metátesis serena. Hay dos objeciones a esta hipótesis. Por una parte, el significado de “tierra de sembradura” o de “tierra de labor que antes fue de monte bajo” no parece excesivamente adecuado para una tierra de pastos, muy poco apta para la agricultura. Por otra parte, la evolución desde ‘sen-ara’ a ‘serna’ pasa por ‘sénera’ y no por ‘senera’. Corominas señala la doble evolución castellana y occidental; esta última sería la más cercana a la forma celta original ‘sen-ara’ que daría el portugués ‘seara’ y el leonés ‘senara’. En el artículo del Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico dedicado a ‘serna’, se considera la forma ‘senara’ con más vitalidad en tierras leonesas que castellanas. Sería por tanto, Serena, de ser cierto el origen del que hablamos, una solución no puramente castellana sino leonesa. Viudas Camarasa recoge en su Diccionario Extremeño la voz ‘senara’ con el significado de ‘cosecha’, muy relacionado con el que estamos viendo, en Trujillo, Almoharín y Montánchez –además de en Las Hurdes-, tierras conquistadas por la Orden de Santiago, de clara raigambre leonesa. Por último, Corominas y Pascual, en el artículo citado, señalan los diversos significados de ‘serna’ que giran alrededor de ‘tierra labrantía en general’, incluso en portugués ‘seara’ para llegar a significar ‘qualquer campo, coberto de vegetaçao’, pero, y es importante destacarlo teniendo en cuenta el tipo de terreno del que hablamos, afirman que “ni ‘serna’ ni ‘seara’ han significado jamás ‘barbecho’ ni ‘tierra por roturar, artiga’”.


Como vemos, los intentos de explicación son variados y de muy diversa fiabilidad. Creemos que el original del nombre en cuestión debe de estar en un apelativo que haga referencia al terreno, tan característico y tan diferente de lo que lo rodean, es esa especialidad lo que origina muchos topónimos. Podría ser, por tanto, o la tierra ‘serena’, lisa sin accidentes-como dice el refrán: “La Serena, ancha y buena”-, de Barrantes o la ‘tierra de sembradura’ de que hemos hablado últimamente. Creemos que se ajusta más a la naturaleza del terreno la primera, que, además, no plantearía los problemas de evolución fonética de la segunda. Algo de esto vive en la mentalidad popular, como se refleja en el dicho: “En Villanueva, serena la tierra y serenas ellas”. 

Y cómo todos bien sabemos que sin el río Zújar, ésta presa que hoy estamos conmemorando no tendría cabida entre nosotros, creo que también debe una mención especial, además de estar construida la presa de La Serena dentro del embalse del Zújar y es por ello que a continuación os transcribo literalmente de dónde viene su toponimia según los expertos.

"ZÚJAR.

Ya señalamos en la Introducción que es el Zújar determinante en la configuración de nuestra comarca, sirviendo de límite sur y este a la misma. En la obra de Fernando Colón aparece mencionado con formas diversas: “a un río dicho zújar”, “e a medio camyno pasamos a xújar que corre todo el año” “pasan a xújar río por barca” “se junta con xúxar río”, “pasan a xúxar por vado”. La aparición de estas formas Xújar,, Xúxar nos hablan de una  pronunciación asibilada, y, en efecto, en todos los informes de pueblos recogidos por el Magistrado Cubeles para la Real Audiencia de Extremadura aparecen las formas Suja y Sújar, nunca con zeta. En las respuestas al Catastro de Ensenada también encontramos “río Suja”, “la Rivera del Suja”, “el Río Sújar” o “el río Suxa”. Madoz, por su parte, recoge la forma Sújar y manifiesta su opinión sobre las diferentes pronunciaciones considerando andaluza la forma Zújar. “Este río se llama también Zuja o Zújar; observándose que se le dan estos nombres en la provincia de Córdoba, y el que hemos adoptado [Sújar] en la de Badajoz; lo cual depende, a nuestro parecer, de la diferente pronunciación propia de las dos provincias”. Explicación poco convincente pues, como sabemos, la pronunciación general es hoy Zújar y, además, no hay ceceo en la zona de Córdoba por donde transcurre el río. Pensamos más bien en un caso de trueque de sibilantes como los estudiados por Amado Alonso en su obra clásica y de los que vimos ya algún caso al hablar de Peraleda del Zaucejo. En cuanto al significado del topónimo, existen varias hipótesis: el padre Francisco San José afirma que el nombre se debe a que chupa –‘suja’- , muchos arroyos, opinión que sigue Vicente Paredes: “Zújar, el que chupa o absorbe. Le dieron sin duda este nombre por absorber las aguas de muchos como son Guadalerza (arce es fortaleza) Almorchón, Guadalmez, Gualemar”. Otra hipótesis es la defendida por Rodríguez Adrados, que hace derivar Zújar de ‘Solia’; parte de la hipótesis de que ‘Contosolia’ –identificada con Magacela- signifique “lo que está a lo largo del Solia”, aunque reconoce que entre Magacela y la más probable ubicación de la antigua ‘Solia’ medían cien kilómetros; salva esta objeción considerando a ‘Solia’ un hidrónimo de raíz celta de donde vendría Zújar y que designaría la zona situada al este. El problema estriba- además de en lo alambicado de la construcción de esta hipótesis –en que existe otro Zújar en Granada, cerca de Baza, en zona nada celta y a cientos de kilómetros de ‘Contosolia’, para el que esta explicación no valdría.

La hipótesis árabe parece la más probable. Bien es verdad que, como señala Rodríguez Adrados, no aparece la forma en Asín, pero sí lo hace Zujaira finca granadina, con el significado diminutivo ‘peñuela’. También Seco de Lucena lo recoge, así como García de Diego en Sevilla; Elías Terés cita los arroyos de Guadazueros y Guadazujeros, aunque no dice nada del significado.
Por último, Amador Díaz y Manuel Barrios señalan la forma árabe granadina ‘a-sojor’ ‘las rocas, las peñas’, procedente de un árabe ‘al-sujur’, para explicar los topónimos Çohor (Pago del), la montaña granadina del Zahor, así como la Sagra o la ya citada Zujaira. Pensamos, pues, que es con estas formas con las que habría que relacionar nuestro río Zújar, que vendría a ser “Río de las piedras”."

Espero que el artículo les haya parecido, cuanto menos curioso, y a propósito del título del Blog (Agua Civilizada), me gustaría que siguiéramos conservando y manteniendo nuestras infraestructuras, para que las generaciones venideras puedan disfrutar de nuestro legado, ya que tardaremos muchos años en volver a proyectar “obras faraónicas”.


Ver 25 miradas de La Serena



Bibliografía: 
LOS NOMBRES DE LA SERENA. Antonio Mª. Castaño Fernández.

No hay comentarios:

Publicar un comentario